jueves, 14 de mayo de 2009

Antonio Vega ya es una estrella...

De cuando mi madre se fue, hace ya muchos inviernos, quizás el único recuerdo nítido que tengo -en forma de palabras- es cómo un familiar me dijo que mi madre ya era una estrella, que siempre yo podría observar en el firmamento. Que no dejase de hacerlo, de buscarla.
Cuántas veces me han acompañado, tanto esas palabras como mi madre, mirando al cielo en noches estrelladas.
Cuánta búsqueda.

Todavía no he encontrado un lugar mejor para ubicar a los que se van...

Y estos días, que ando rodeada de una vorágine de acontecimientos vitales, algunos dolorosos, otros menos, me sorprende en prensa la partida de Antonio Vega...

No he seguido sus pasos desde que empezó, por supuesto conozco algunas de sus canciones, me he dado cuenta de que conocía muy poquito de su vida -me alegra, pues a él no le habría gustado- y su devenir, y tampoco era consciente de su evolución, personal ni profesional.

Recordaba a un chico atractivo, dulce, tímido, delicado... con una hermosa voz, capaz de componer canciones sensibles y transmitir belleza; en estos momentos -aunque he de reconocer que tras tanto tiempo sin verlo, los primeros vídeos me han impresionado un poco, por la evidencia del cambio físico- más aún me ha sobrecogido su alma, su capacidad , su humildad, integridad y discernimiento, su historia de amor -y dolor- pero sobre todo amor; y esa metamorfosis en la forma de cantar, hacia lo profundo, lo rasgado, lo doloroso envuelto en emoción inteligente.
Un ave rara, de esas que tanto de sí saben dar.

No quería dejar de expresarlo en unas líneas desde aquí, que no creo que lea nadie, pues a nadie le he hablado de la existencia del blog.

Me ilusiona pensar que existen personas como él, con un alma que se rompe, de puro grande.
Lo otro es una elección y un ensayo-error en el que algunos participan y otros no. No soy juez y no juzgaré. Lo único que sé es que todos elegimos y todos tenemos el derecho a equivocarnos.
Pero también tenemos el deber, inscrito en nuestra propia naturaleza, de ser personas. Y a ese nivel, fundamental para mí, se ha vuelto a ir quizás demasiado pronto (al menos para los demás, no sé lo que pensará él) otro ser muy grande.

En medio de mil tormentas, siempre brillan las estrellas.

ElPunto.

2 comentarios:

Begoña dijo...

Me ha encantado leer tus palabras, llenas de sensibilidad. No dejes de plasmarlas en el blog.
Mucho ánimo, guarda bien tu estrella.

elpuntoylai dijo...

Gracias, Begoña.
A ver si escribo más...
que me viene muy bien, y lo
pongo por aquí.
Bss